El funcionario explicó que las fuertes lluvias de septiembre, brindaron una esperanza “de salvación” al campo tulense; al verse interrumpidas fortuitamente las más de 100 hectáreas se echaron a perder irremediablemente, aseguró.
Y abundó que aunque hubiese un nuevo temporal no serviría de nada pues a los cultivos ya se les paso el periodo crítico que es cuando se desarrolla el polen reproductor de la planta para ser absorbido por el jilote; es cuando el cultivo necesita más agua y en el presente año no la tuvieron.
Afirmó que a inicios de semana ya se paso el reporte de las hectáreas siniestradas a la Secretaria de Agricultura y a la aseguradora del estado (PROAGRO), para que realicen la valoración correspondiente y se proceda al pago de las tierras. Y precisó que el año pasado por perdida la empresa de seguros otorgó un pago de 900 pesos por hectárea reportada.
Posiblemente –dijo- este año la cantidad recibida por terreno sea de mil 200 pesos como ya se repartió en otros lados.
Finalmente indicó que aunado a las 120 hectáreas reportadas de los ejidos de Macuá y Nantzha, aún falta el reporte del ejido de Bomintzhá, por lo que la cifra se puede incrementar considerablemente y que todavía no ha fecha tentativa para que la Secretaria de Agricultura proceda a valorar las parcelas dañadas, pero estimó que tendría que pasar un periodo de un mes.
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