![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhFbJeWIIMjsn75rX-T62KVgllPdx6Qr8AizRriHN7KzId0fFiPcSm4RsvBxuu2wUDa9Zv0C0IXhgbStUnX5ul31rlNlqO6wymUdMwSJclfbQLx5W5MI68AgEP8qGrR0LUt_AbAUG59HMMR/s320/WP_006616.jpg)
Atitalaquia. Unidas
por el mismo sentimiento de dolor y la incertidumbre de no saber dónde están
sus hijos, 46 madres de indocumentados, provenientes de Honduras, El Salvador,
Nicaragua y Guatemala, arribaron la noche del pasado miércoles a este
municipio.
En su conjunto, las
mujeres, forman parte de la IX caravana de madres centroamericanas en busca de
sus hijos desaparecidos, que en esta ocasión tienen por objeto recorrer catorce
estados de la República, para concluir el 10 de diciembre en el Senado de la
República.
Lugar donde exigirán a
los asambleístas hacer valer las leyes de respeto a los migrantes a su paso
por México, así como ser congruentes entre lo que se pide para los mexicanos en
el exterior y el trato que se tiene en el país para con los extranjeros.
Esto pues las centroamericanas
acusaron a la mayor parte de los mexicanos de tratar a los indocumentados como
delincuentes, cuando ellos sólo son personas que se vieron en la necesidad de
abandonar su patria y a su familia para conseguir trabajo.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhC_HB2_3jHVCP99NKjWpvnqywfaJZQFyg-OObTnQdTZOR6HEeaWG_A00Gww-iTl5dwi7oazQ2z5C6VqdIuh00xqdmWwobWt94qNtDDWt-mvm-ua_Z1f-1LsRAffwH3v73KqRsNuBQzTWaC/s320/WP_006588.jpg)
El arribo a Atitalaquia
de la caravana se dio alrededor de las 19 horas; fueron recibidas en el hogar asistencial para indocumentados, El Buen Samaritano dependiente de la Diócesis de Tula.
Tras su arribo a la
localidad, las madres se trasladaron a la parroquia de la comunidad de Bojay,
donde celebraron una misa para dar las gracias, así como pedir por la salud y bienestar
de sus hijos; la celebración religiosa fue presidida por el obispo Juan Pedro
Juárez Meléndez.
Quien durante la
eucaristía brindó un mensaje de solidaridad y esperanza a las madres que buscan
incansablemente a sus hijos desaparecidos.
La caravana fue
encabezada por Martha Sánchez, coordinadora del movimiento, quien en entrevista
señaló que en México, los peligros y agresiones hacía los migrantes son mucho
mayores que en otros países, “incluso que en la frontera norte y que Estados
Unidos”.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhON5tM7lUZ8_cA_jB8H_ohWBliwaLe7_0DUt4oJuua7QbChXHo-GQQdnV_p1YOyV2JBlxeoHe6biAe4qc4OzWH1aGwwjh1_4uhyphenhyphen4tCBaP7_BGo0p4_HY_9aG0QW6ZxDQ-bsDaBqQTmW05c/s320/WP_006605.jpg)
Testimoniales.
Sólo una madre puede saber lo que duele un hijo
ausente…
Proveniente de Honduras, tierra donde el trabajo y
las oportunidades son nulas para los estratos sociales bajos, la señora Salgado, lleva 26 años
buscando a su "pequeño", como le llamaba al momento en que partió de
Tegucigalpa en busca del sueño americano.
Con voz entrecortada y con los ojos a punto del
llanto, narra que José partió de Honduras a la edad de 20
años... todo con la esperanza de darle
mejor vida a su familia, compuesta de miembros, ella como madre, su esposa y
cuatro pequeños que dejó muy chicos, "pero nunca más supimos de él".
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjBoMg2a8-0LLM5aE35XF58elzKx4EE2PavqNxFpxLEpKL-BBbzs8g8oPn1IDZWcNl-rJ0WRuwzbLF7y2cThS-BrZK_mIlKu0Fmak8AdJ0BXH5ra6VFPOwY-3tlpqOehputgCcGXpCYD17E/s320/WP_006568.jpg)
Antes de derramar un mar inimaginable de lágrimas,
la señora Salgado, reitera que desde que José partió hacia el norte no supo más de él. pero que muy dentro de su corazón tiene la esperanza de
encontrarlo con vida.
Lo anterior es sólo una parte del
complicado fenómeno migratorio, pues anterior al arribo de la caravana, este
medio pudo entrevistarse con varios indocumentados que fueron atendidos en la
casa de El Buen Samaritano, los cuales narraron sus experiencias.
El común denominador de sus relatos, fue la
dificultad que representa dejar atrás el mundo conocido, a sus familias, no
obstante asentaron que vale la pena el sacrificio, con tal de darle una mejor
vida a sus seres queridos, “por lo menos con esa esperanza venimos”.
Contaron que durante su
travesía son asaltados y golpeados por las bandas delincuenciales, “pero ni así
desistimos, tenemos un objetivo claro, llegar al otro lado, buscar trabajo y mandarles algo a nuestras familias para que tengan mejor vida”, sostuvieron visiblemente consternados.
Sebastián Gómez, proveniente
de Tegucigalpa, relata con voz entrecortada y con lágrimas bordeando
sus ojos: “llevo 18 días de travesía, desgraciadamente al momento de cruzar la
frontera con México fui asaltado, me quitaron el equivalente a mil 500 pesos”.
Esa cantidad era todo lo que traía para llegar a la frontera norte y cruzar -continúa-, eran todos los ahorros familiares, ahora debo llegar al otro lado, para trabajar y mandar ayuda, en mí país no hay trabajo, no tenemos dinero, no nos alcanza ni para comer frijoles”, apenas puede finalizar.
0 comentarios:
Publicar un comentario