martes, 9 de julio de 2013 | By: Mike Mtz

Gobiernos no podrán abatir rezagos en la región Tula - Tepeji

EL COMPROMISO: USTED

Por: Miguel Ángel Martínez Hernández.

El gobierno del estado de Hidalgo, así como municipales de la región sur de la entidad, enfrentarían incapacidad para proveer de servicios básicos a la población excedente que llegaría a localidades una vez que sean concluidos y funcionen a toda su capacidad proyectos federales como la refinería Bicentenario, el Puerto Seco y la Planta Tratadora de Aguas Residuales de Atotonilco (PTAR).

Actualmente el gobierno del estado, trabaja en la implementación de un plan maestro de desarrollo metropolitano para esta zona; no obstante la mayor parte de alcaldes de la región, aunque emanados del partido oficial, reconocen la imposibilidad de que las autoridades puedan cubrir las principales demandas de la población a nivel educativo, de seguridad, agua potable, vivienda, y en general de servicios básicos.

Entrevistada al respecto la subsecretaría de Desarrollo Metropolitano estatal, Helia Carolina Soto Rojas, confió en que de aquí a 2016, las administraciones locales pueden construir la infraestructura suficiente para cubrir las necesidades para la población que llegará a avecindarse en la región Tula - Tepeji.

Sin embargo aceptó que para hacer funcional las estrategias proyectadas, se deben cumplir necesariamente tres requisitos: trabajo coordinado entre la federación, el estado y los municipios; voluntad política e inserción de capital, sea público o privado.

Habló de la dificultad que supone conjuntar estos factores, principalmente la voluntad política y la capacidad de trabajar conjuntamente paro sacar adelante un proyecto en beneficio de la ciudadanía.

Por ejemplo –dijo- los gobiernos estatales de Miguel Osorio y Francisco Olvera se encontraron con incontables trabas durante todo el sexenio de Felipe Calderón, y en un ámbito más local, durante la gestión del ex edil de Atotonilco de Tula, Julio César Ángeles Mendoza, que se negó durante su trienio a integrarse al plan metropolitano de desarrollo.

Sobre las inversiones de capitales públicos o privados sostuvo que vendrán una vez que los tres megaproyectos estén asentados en la región Tula; “a la par del desarrollo industrial vendrá intrínsecamente el desarrollo económico para hacer sustentable las estrategias diseñadas”.

No obstante, la actualidad de los doce municipios integrantes de la región sur de Hidalgo es otra.

Esta sugiere que aún con los esfuerzos gubernamentales será imposible que las localidades en tres años puedan construir la infraestructura faltante para cubrir todas y cada una de las demandas de un núcleo poblacional que estadísticamente crecerá a más del triple en menos de cinco años.


Tales observaciones fueron compartidas por el alcalde de Atotonilco de Tula, Edgar Reyes Martínez y el secretario municipal de Tlaxcoapan Erick García García, quienes en entrevistas previas, señalaron que si de por sí es complicado abatir los rezagos existentes en los municipios con la población presente, “mucho más lo será si se triplica y máxime con los presupuestos paupérrimos asignados por el gobierno estatal”.

“Los montos presupuestales asignados son insuficientes, por ejemplo en más de cinco comunidades de Atotonilco carecemos de electrificación, drenaje, agua potable, servicios de salud y educativos, entre muchos otros”, apuntó Reyes Martínez.

Otros alcaldes como Jaime Reyes Galindo de Atitalaquia, y Fernando Miranda Torres de Tepeji del Río, de filiación priista, reconocieron los atrasos habidos en sus localidades y refirieron que con los presupuestos actuales sería una tarea irrealizable crear la infraestructura para recibir un excedente poblacional de más del triple del actual.

Empero se mostraron seguros que con el plan de desarrollo metropolitano se crearán los mecanismos para cumplir con todas las exigencias.

En el caso de Tula de Allende, municipio con más desarrollo social, económico e industrial región, tiene colonias como La Malinche y 16 de Enero, (a menos de un kilómetro de la cabecera municipal), donde existen familias que carecen de drenaje, regularidad en el servicio de agua potable e incluso algunas que viven sobre pisos de tierra.

Demográfica y estadísticamente hablando los municipios que mayor crecimiento enfrentarían serían Tula, Atitalaquia, Atotonilco de Tula y Tlaxcoapan, que aumentarían drásticamente su población, por ser localidades con amplios terrenos para urbanizar y siendo los lugares de desarrollo de los tres megaproyectos.

De acuerdo al Censo de Población y Vivienda INEGI 2010, Tula tenía una población total de 103 mil 919 habitantes; de cumplirse la regla estimada por los expertos en estadística, para 2016 esta localidad contaría con más de 310 mil habitantes, lo que representa un crecimiento anárquico el que por consiguiente llevaría a una sobredemanda y al caos.

Evidentemente los gobiernos se verían rebasados  por los factores negativos de este crecimiento caótico como la contaminación, inseguridad, agrícolas y forestales, educativos, de salud entre otros.

Ante escenario Martha Delia González Aguilar, presidenta de la Red Regional de Organizaciones Civiles del Suroeste del Valle de México, urgió a hacer un esfuerzo coordinado entre autoridades y sociedad civil a fin de crear las políticas públicas necesarias a fin de evitar que la falta de planeación deteriore la calidad de vida de sus habitantes.

Aunque apegada a la realidad, sostuvo que prácticamente es imposible que las autoridades cumplan con las demandas de crecimiento en tan poco tiempo, “ya que no están preparadas”; enumeró algunos factores negativos que traerán consigo los proyectos:

Contaminación

Rememoró que a partir de 1970 la región sur de la entidad empieza a ser considerada como la más contaminada del planeta, a consecuencia de la llegada de las aguas negras del Valle de México, en ese mismo año el asentamiento en Tula de la refinería Miguel Hidalgo y la termoeléctrica Francisco Pérez Ríos.

“Con ellas otras industrias como las del corredor industrial de Atitalaquia y cementeras por mencionar algunas, no creo que esta región aguante un cambio tan tremendo como ese otra vez ya que como consecuencia de la polución empezaron a presentarse enfermedades como el cáncer, al grado de que hoy en día dos de cada diez habitantes de la región Tula – Tepeji lo padecen”.

Inseguridad

En los últimos tres años la región sur de Hidalgo se han incrementado alarmantemente los índices delictivos, robos comunes y nexos con el crimen organizado; se sabe que por lo menos cinco de los presidentes municipales de esta zona han recibido amenazas del narcotráfico requiriéndoles una renta a cambio de “protección”.

El incremento poblacional descomunal como el que se avecina para 2016, supone un aumento exacerbado en la delincuencia que pondrá a prueba las capacidades de los gobiernos en el combate al crimen y la capacidad de mantener el estado de derecho.

Agrícolas y forestales

Otros importantes factores a tomar en cuenta señaló González Aguilar, son el agrícola y forestal, del primero enfatizó que con la creciente industrialización se perderán cientos de tierras de cultivo, extras a las mil 400 hectáreas que fueron vendidas para la construcción de los tres megaproyectos en construcción.

Se desglosan en 700, para la Bicentenario, 400 para la planta tratadora y 300 para la terminal logística Puerto Seco, “ello se traducirá en un déficit entre producción agrícola y demanda, sobre todo si se toma en cuenta que el Valle del Mezquital es considerado el granero de México e Hidalgo”.

Por otro lado refirió que la tala de árboles que actualmente ya se da en la región para construir conjuntos habitacionales, supermercados y factorías, acabarán poco a poco con los “pulmones” naturales de la región, acrecentando la falta de capacidad del ambiente para purificarse, propiciando un deterioro gradual del medio ambiente mucho mayor al presente.

Educativos

La oferta educativa de la que puede proveer el estado actualmente en la región Tula – Tepeji actualmente está rebasada, los colegios públicos, así como personal docente sufre un déficit impresionante, son constantes las manifestaciones y bloqueos carreteros por falta de profesores y falta de espacio en las escuelas públicas.

Parte del alto índice de deserción escolar que existe en la zona es propiciado por el mismo estado, al no facilitar las herramientas necesarias para que los jóvenes sigan su educación; tan rebasado está el estado que se ha dado un auge impresionante de escuelas particulares, en Tula y Tepeji únicamente en los últimos dos años se han abierto más de quince institutos de educación privada.

De salud


Derivado de los altos índices contaminantes existen cientos de enfermedades crónico degenerativas en la región como el cáncer, enfermedades gastrointestinales malformaciones en fetos y problemas respiratorios como el asma, pese a ello, a la fecha no existe un hospital de especialidades, por lo que los enfermos tienen que trasladarse hasta la ciudad de México ó Pachuca.

Pese a ello, hasta hace algunos meses, el gobernador Francisco Olvera Ruíz, en una gira de trabajo anunció para 2013 la construcción de un hospital de oncología en Tula, donde mayor número de casos de cáncer se presenta.

Los nosocomios públicos con los que cuenta hoy en día Tula, (donde son canalizados la mayor parte de los enfermos de la región), es la clínica del Seguro Social número 5 y el hospital regional Tula – Tepeji, los que desde hace mucho fueron rebasados en la demanda; lamentablemente no cualquier persona posee los recursos económicos como para tratarse en una clínica particular, por lo que existe un gran índice de mortalidad en las clases económicamente desprotegidas.

Con base a lo expuesto concluimos que los gobiernos federal, estatal y municipales de la región sur de la entidad serán incapaces de dotar de servicios básicos al excedente poblacional que llegará a vivir a la región una vez que se concluyan y entren en funcionamiento a toda su capacidad los proyectos federales en desarrollo.

Asimismo que es urgente que las autoridades municipales, estatales y federales dejen los discursos demagógicos y logren unir esfuerzos para implementar políticas públicas para que no se vean rebasados por el futuro inmediato, o por lo menos lograr reducir de manera sustancial los impactos negativos de la industrialización.



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