Por: Miguel Ángel Martínez.
De acuerdo con testigos
presenciales, las agresiones comenzaron minutos antes de las 16 horas, cuando aficionados del Cruz Azul, presumiblemente proveniente del Distrito
Federal, comenzaron a aventar botellas, piedras y otros objetos contra
aficionados locales que se disponían a entrar al estadio 10 de diciembre.
Los objetos lanzados contra los aficionados locales, hirieron tanto a niños
como adultos, los cuales tuvieron que ser trasladados a diversos sanatorios del
municipio a bordo de por lo menos seis ambulancias de corporaciones de emergencia de los municipios de Tepeji del Río, Tlahuelilpan, Tula y Atitalaquia.
Cabe resaltar que aunque la acometida de los rijosos foráneos trató de
ser rápidamente repelida por policías municipales que resguardaban la seguridad
del estadio, las acciones ya se habían realizado.
Luego los efectivos policíacos intentaron detener a la porra disidente,
pero como esta los superaba en
número, los elementos del orden también
resultaron golpeados con palos y piedras,
Para contener las embestidas de los disidentes, tuvieron que arribar al
lugar decenas de elementos y patrullas de las policías municipal, estatal, y
estatal acreditable, los que valiéndose de gases lacrimógenos lograron controlar la situación.
Ante los hechos de
violencia, y para prevenir hechos de mayor magnitud que lamentar, no se
permitió que accesaran al estadio a decenas de aficionados del Querétaro.
Aunque el encuentro de fútbol se desarrolló sin incidentes; extraoficialmente se maneja que incluso un automóvil fue incendiado en el lugar.
Al momento en que llegaron los policías los disidentes comenzaron a golpear a algunos aficionados del Querétaro, los que no tuvieron más remedio que defenderse, lo que ocasionó que inicialmente se generara una confusión y se hablara de un pleito entre porras.
La versión oficial de los acontecimientos es que los aficionados de Querétaro fueron los que iniciaron la riña, luego de que se les impidiera ingresar al estadio con bebidas embriagantes, y ahí fue donde empezó todo, dijo en entrevista para medios locales, el secretario de Seguridad Pública municipal, Carlos Benítez Olivares.
Para frenar los hechos de violencia fue necesaria la presencia de más de cien granaderos con equipos antimotines los que luego de varios minutos lograron separar a los rijosos, valiéndose de gases lacrimógenos, luego de lo cual los seis detenidos fueron trasladados con el juez conciliador municipal.
Otra versión.
De acuerdo a testigos quienes empezaron las agresiones fueron los aficionados del Querétaro, quienes agredieron verbalmente a los del Cruz Azul, los cuales no se dejaron y comenzó la violencia.
Sobre los lesionados se tiene conocimiento que uno sólo fue hinchada del Querétaro, mientras que el resto de la porra del Cruz Azul, provenientes del Distrito Federal, que en su mayoría presentaron diversas lesiones en el cuerpo, informaron las autoridades.
Finalmente, para evitar otra gresca, al término del partido, la porra querétana tuvo que abandonar el estadio resguardada por elementos estatales, los que acompañaron a los autobuses de la escuadra visitante hasta la autopista México - Querétaro.
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